"Más que disparar algo que parezca una fotografía profesional, quiero que mi obra transmita intimidad, como si alguien del entorno cercano de los personajes les fotografiara". (...) "Fotografiar a toda esa gente me enseñó mucho sobre la esencia del ser humano".
"La gente que tienes delante, los sujetos, son mucho más extraordinarios que tú. Todos tienen su propio atractivo. Pero a menudo no son conscientes de su carisma, por lo que tienes que descubrirlo y presentárselo, como: "¡Aquí lo tienes!". Irradian todo su aura, así que tu trabajo consiste en potenciar incluso más ese aura y devolvérselo capturándolo en un negativo. Así es como me planteo mi trabajo".
"Contemplar los trabajos de Araki es una buena ocasión de adentrarnos en el mundo de uno de los clásicos de la foto oriental. (...) A través de sus obras, el artista despliega una muy personal mirada al mundo del erotismo femenino, a los sutiles y velados registros de la sensualidad y el placer. El aroma de un erotismo, sin embargo, al que nuestros sentidos occidentales sólo pueden aspirar parcialmente, con un cierto gesto de extrañeza y desconocimiento".
Francisco Carpio, Blanco y Negro Cultural - ABC
"Vivir es realizar un viaje sentimental, y para él, fotografiar es realizar un viaje sentimental", comentaba Yoko sobre la inseparable relación de Araki con su medio. (...) La inextricable relación entre la vida y la muerte es un recurrente tema de fascinación para el fotógrafo. (...) Desde documentar las escenas callejeras cotidianas a las jóvenes subculturas con su característico toque de sensualidad, Tokio, la ciudad natal de Araki, ha resultado una fuente inagotable de inspiración y espacio para él a la hora de reflexionar sobre estados emocionales en momentos determinados del tiempo.
Charmaine Li, AnOther, 21 junio 2016