Con una extensa selección de fotografías de la Colección José Luis Soler Vila, que se despliega en la Sala Noble y el Espacio ArteSonado, esta exposición reúne y resume las principales aportaciones de los fotógrafos japoneses activos en las décadas de 1950, 1960 y 1970 a la revolución de la imagen fotográfica en su país, marcado por la segunda posguerra mundial.
Agrupados en torno a la agencia Vivo (1959-1961) –inspirada por la europea Magnum y cuyo nombre significa «vida» en esperanto– y la revista Provoke (que sólo editó tres números entre 1968 y 1970), los quince artistas escogidos dieron forma a un universo visual y temático vanguardista, experimental y desinhibido, de marcada personalidad.
En el contexto de un Japón en profunda transformación social y en creciente e imparable despegue económico, estos fotógrafos, inconformistas y radicales, rechazaron la fotografía directa, documental y objetiva como lenguaje adecuado para capturar la nueva realidad nipona. Sus imágenes se ofrecían, en cambio, como expresión subjetiva de la experiencia contemporánea del fotógrafo, y como un idioma novedoso y diferente para crear un «material provocativo para pensar», como indicaba el subtítulo de Provoke. Esa invitación a reflexionar sobre la identidad, la tradición, la vida urbana, las protestas antiamericanas, el cuerpo o el sexo se plasmó en fotografías contrastadas, desenfocadas o borrosas, con encuadres insólitos y juegos de texturas, en una estética de larga trascendencia en Japón y de gran reconocimiento internacional.
Extractadas de las series más importantes de estos fotógrafos y organizadas por afinidades conceptuales e iconográficas, las instantáneas que aquí se exhiben proponen descubrir un período creativo fundamental para el arte japonés contemporáneo, que sorprende y cautiva también a la mirada occidental.
Más información: Museo Carmen Thyssen Málaga