La primera exposición individual del artista norteamericano Alex Katz (Nueva York, 1927) en este espacio presentaba una selección de retratos compuesta de diez obras, de diferentes formatos, todas ellas realizadas en las dos últimas décadas del siglo XX.
La obra de Katz es difícil de catalogar, existiendo en ella influencias de diferentes tendencias. Fue contemporáneo de los pintores de la segunda generación abstracta, pudiéndose ver en su obra la influencia del “Action painting”, como se demuestra en el uso del gran formato. También se aprecia la huella del Arte Pop en su interés por la realidad cotidiana de la gran ciudad.
No obstante, su obra no se deja enmarcar en ninguno de los movimientos definidos en esta segunda mitad de siglo, siendo el verdadero elemento común de su pintura la simplicidad y su aparente ingenuidad, que sirven para esconder la gran complejidad de ésta.
Así pues, su obra es “Figurativa y sin embargo asimiladora de no pocas lecciones abstractas, normal y sin embargo sofisticada, sincera y sin embargo a menudo irónica y chistosa, se supone que fría y pulcra y sin embargo de una descomunal intensidad poética, de superficie nítida y sin embargo densa y poblada de enigmas, alegre y enérgica unas veces y melancólica en cambio cuando se tercia, local y sin embargo universal, dividida siempre, como la propia vida de su autor, entre el mundo urbano de Manhattan y el mundo rural de Maine, estas son las contradicciones sobre las que se fundamenta la pintura de Alex Katz...”*
* Introducción de Juan Manuel Bonet para el catálogo de la exposición de Alex Katz en el IVAM en 1996.