Interesado desde siempre por la moda y los rasgos de estilo de su época, en estos trabajos recientes Katz elige como elemento común un complemento femenino, un sombrero rojo, del que se sirve para indagar en las posibilidades plásticas de la figura en primer plano ante un fondo neutro - como ya hiciera en los noventa con el conjunto de retratos Man in White Shirt, de los que se mostró una selección en la Galería Javier López en 2005-.
En Red Hat se pudo contemplar las distintas fases de elaboración de sus pinturas, lo que permitía ir siguiendo los pasos que dan lugar a la obra final desde los bocetos, ya sean estudios sobre tabla en los que toma apuntes del natural y fija las pautas de cromatismo e iluminación, o dibujos a carboncillo en los que determina con trazo decidido y sutil las características básicas de la modelo, constituyendo los estadios más espontáneos de su producción por su naturalismo y ligereza.
Para llevar estas líneas y elementos descriptivos a composiciones de mayor formato recurre al método tradicional del cartón, dibujos de mayor tamaño que traspasa a la superficie del lienzo mediante estarcido de pigmento siena sobre los contornos perforados, lo que implica una depuración formal que está en la base de un estilo inconfundible - estilo que le permitió distinguirse de sus coetáneos en un momento en el que la pintura norteamericana se encontraba en la encrucijada del Expresionismo Abstracto y la respuesta que se le dio desde los postulados del Pop Art -.